La pesca de la dorada es muy estacional y se limita a los meses de otoño. Por ello, y dado el elevado precio que alcanzan los ejemplares de dorada salvaje, la producción en piscifactoría es muy elevada. Su cultivo se viene haciendo desde el tiempo de los romanos y en la actualidad existen viveros en la mayoría de los países mediterráneos y en algunas costas del Atlántico. De esta manera se puede disponer de ella durante todo el año a un precio asequible. El pescado llega fresquísimo al destino, casi vivo, sin haber sufrido el agotamiento a consecuencia de la pesca. No obstante, la carne de la dorada de cultivo es más blanda y menos sabrosa que la capturada en el mar.
esta wapa
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